IVÁN DUQUE M. |
En los últimos foros internacionales sobre economía, gestión empresarial
y microfinanzas y finanzas populares se está hablando de la importancia de la “Economía
Naranja”. ¿Pero qué es y cuál es su impacto en la sociedad? La “Economía Naranja” se
centra en invertir en nuevas capacidades, en atraer talento y nutrirlo, afirman
los promotores de esta tendencia en el desarrollo social de los pueblos. Es en
realidad una economía
o industria creativa que involucra la generación de ideas y conocimiento. El
concepto abarca esencialmente la industria cultural y la economía del
conocimiento. La economía creativa es aquella que
genera riqueza a partir de la propiedad intelectual como materia prima. De acuerdo
con estos conceptos es una oportunidad infinita. Sobre ese tema, el actual presidente de
Colombia, el economista Iván Duque Márquez y el también economista Felipe Buitrago Restrepo
publicaron un libro en 2013 sobre el poder de la economía creativa, cuando
ambos trabajaron en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), siendo esta
institución, la primera en promocionar la “Economía Naranja: Una oportunidad infinita”.
El libro editado por el BID hace una distinción entre bienes y
servicios creativos.
Esta “economía”
se mueve en ámbitos como la cultura, la creatividad y la propia economía. Esa fusión tiene
como resultado al trabajo que se hace con las
industrias
creativas y culturales. ¿Por qué naranja?
Porque se asocia al entretenimiento, la cultura y la felicidad, temas
que en los últimos años merece importancia, según la psicología y la
psicoterapia. Es decir, ahora las ideas creativas tienen o añaden valor a los
servicios.
Se afirma que, si la “Economía Naranja” fuera un
país, sería la cuarta economía mundial detrás de Estados Unidos, China y Japón;
el noveno mayor exportador; y la cuarta fuerza laboral con 144 millones de
trabajadores.
En el hemisferio americano, la “Economía Naranja” lleva
un claro liderazgo a nivel mundial, debido al impresionante desempeño de los
Estados Unidos. El déficit comercial de Latinoamérica y el Caribe es enorme en
relación con sus exportaciones de bienes y servicios creativos. Sólo el 1.77%
de las exportaciones de bienes creativos mundiales se originan en Latinoamérica
y el Caribe. Poco menos de la tercera parte de éstas se dirige a otros países
de la región, más del 64% a economías desarrolladas y menos del 3% a otras en
desarrollo.
Por eso, desde el BID se proponen convencer al
talento de los 107 millones de jóvenes (entre 14 y 24 años, que viven en
Latinoamérica y el Caribe) por la adopción temprana de modelos de negocio
basados en las “mentefacturas” (base de una Revolución Naranja) y construir un
imperio basado en esta creatividad.
Los
investigadores han llegado a la conclusión que en América Latina y el Caribe,
la cultura en su conjunto es tratada por la sociedad como un
bien público, esta situación les hace mucho daño a los artistas y a los
creativos, pues les niega al menos dos derechos fundamentales: el
reconocimiento de su actividad como un trabajo legítimo y una remuneración
adecuada. Al mismo tiempo, le niega a la sociedad el progreso que artistas,
creativos y toda su cadena de valor pueden aportarle.
Con el desarrollo de la “Economía Naranja” es posible
cerrar las brechas sociales y a acercar a las personas más humildes con las más
privilegiadas alrededor de un propósito común. Y existen muchas personas que
tienen la motivación para emplear las herramientas de la Economía Naranja en la
integración social.
¿Por qué es importante?
Aunque no todas
las empresas se dedican al negocio cultural o del entretenimiento, hay organizaciones
que sí lo están realizando. Ello supone que están añadiendo valor a sus servicios
o productos que comercializan.
Porque
aparte del negocio en sí, están promocionando un estado de ánimo que produce
satisfacción y felicidad. Por ejemplo, el cine, la librería, el parque
recreacional, una galería de arte, un concierto musical, etc.
John Howkins,
un experto en este tipo de economía afirma que la economía creativa comprende
los sectores en los que el valor de los bienes y servicios se fundamenta en la
propiedad intelectual. Es decir, que el objetivo principal de la “Economía Naranja”
es darles a las empresas la capacidad de fusionar la economía con la cultura.
Según datos
del Banco Mundial, en el año 2011, la “Economía Naranja” había alcanzado US$ 4.3
billones (no millones, sino billones). Además, las actividades económicas no se
limitan a un solo sector, ya que áreas como arquitectura, artes visuales, cine,
diseño editorial, moda, música, artes escénicas, investigación y
desarrollo, publicidad, software, medios de comunicación, videojuegos, entre
otras, son las que presentan mayor beneficio de este tipo de economía.
Según Felipe
Buitrago Restrepo e Iván Duque Márquez, autores del libro “La Economía Naranja:
una oportunidad infinita”, esta metodología trae una serie de beneficios
empresariales que tienen impactos positivos en la sociedad, como, por ejemplo:
Cerrar
brechas sociales
Esto
permitirá que entre las personas existan vínculos más cercanos sin importar
condición social. Por ende, acercaría a los más humildes con los más
privilegiados, para que trabajen en conjunto por propósitos comunes.
Superación
de la barrera sociológica del proteccionismo cultural
Esto supondría
una ruptura de los límites físicos que existen entre las ideas y oportunidades
de la economía naranja de Latinoamérica y el Caribe.
Regenerar
el tejido social
Creación de
identidades alternativas y empoderamiento de minorías de agentes de progreso
económico. Asimismo, es una lucha constante contra la delincuencia juvenil.
Creación
de empleos
Sin importar
los niveles de inversión, las personas podrán tener acceso a empleos dignos.
Esto se daría a través de microcréditos y la articulación con proyectos comunitarios
de participación.
¿Quién es Iván Duque?
Iván Duque Márquez es un abogado, escritor y político
colombiano. Es el actual presidente de Colombia por el Partido Centro
Democrático. Ejerció como senador de la República de Colombia desde el 20 de
julio de 2014 hasta el 10 de abril de 2018.
Duque ha escrito libros como “La Economía Naranja” (2013), “Orange
Economy” (2015), “Efecto Naranja” (2015), “Indignación: Pasar la página para
construir el país del futuro” (2017) y “El futuro está en el centro: Respuestas
claras para la Colombia de hoy” (2018).
Trabajó en
el BID y fue esta institución la que editó su libro estrella en 2013. Su fuerte es la
economía. Tiene discurso de técnico y profesa un pensamiento moderno que hace
énfasis en el apoyo a la empresa privada y a la competitividad. En el segundo
semestre de 2017 publicó otro libro sobre la “Economía Naranja”, en el que dejó
clara su fe en las actividades que provienen del intelecto y la creatividad.
La
“Economía Naranja” es un término que se ha popularizado mucho en Colombia desde
la entrada al escenario político del hoy presidente de la república. Esta es
una idea que defiende las industrias creativas y la cultura como un motor de
desarrollo.
La
“Economía Naranja”, como también se le llama a la Economía Creativa, es tan
importante en su plan de gobierno que le dio un espacio en su discurso de
posesión el 7 de agosto de 2018: “Nos la vamos a jugar para que este país tenga
la posibilidad de ver en los emprendedores tecnológicos unos nuevos
protagonistas del progreso. Que el internet de las cosas, que la robótica, que
la impresión en 3D, empiecen a hacer de Colombia ese centro de innovación que
tanto nos merecemos”.
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