viernes, 6 de febrero de 2015

INDUSTRIA MICROFINANCIERA PERUANA DEBE SUPERAR RETOS EN EL CORTO PLAZO

Por César Sánchez Martínez
Director del FINANPOS


Este año, la industria microfinanciera peruana tiene varios retos, siendo el principal, el comportamiento de la economía frente a los factores externos como internos.
Se espera una fuerte y tenaz competencia entre las organizaciones que operan en el ámbito local. Según los análisis, es muy probable que algunas instituciones se retiren de ciertos mercados no tan competitivos y rentables, con el objetivo de incursionar y operar sólo en aquellos donde las condiciones son favorables para las organizaciones microfinancieras.
Si bien es cierto que Perú tiene el entorno más propicio para el desarrollo de las microfinanzas, también es real que debe superar en el corto plazo, algunos escollos de origen exógeno, y otros, básicamente domésticos.
Dándole una mirada de reojo a la economía, observaremos que el PBI peruano es de US$ 202,3 mil millones (nominal, 2013), mientras la proyección más acertada del crecimiento del mismo para el año pasado estaría entre el 2.5%.
Perú es una nación que tiene algo más de 30 millones de habitantes, siendo su capital, Lima, que acaba de cumplir 480 años de fundación, la ciudad más importante con aproximadamente 10 millones de habitantes. El 5% del total de la población peruana vive con menos de US$ 1.25 al día, mientras que el 12.7% lo hace con menos de US$  2.0 al día, según las estadísticas al año 2010.
También, el actual liderazgo peruano en las IMF enfrentará grandes retos, empezando con una reactivación de la industria microfinanciera misma. El año pasado se registró un menor dinamismo anualizado de las colocaciones de las microfinanzas que se ha venido presentando año tras año. Del 22.8% en diciembre de 2010 ha caído a un 5% en noviembre de 2014.
Asimismo, sus principales indicadores de desempeño (deterioro de cartera, menos márgenes de ganancia y reducción de la rentabilidad) presentan bajos índices, debido a una mayor competencia en el mercado y un crecimiento más lento de la economía. La fuerte competencia y la sobreoferta de créditos que ésta significa, incrementó los niveles de sobreendeudamiento de los clientes, elevando los niveles de morosidad del sector.
Se habla ahora de inclusión financiera, pero ésta concepción aún sigue siendo una frase bonita, porque a los verdaderos excluidos socialmente, no llegan las microfinanzas, especialmente del área rural de la sierra y zona agrícolas de la selva, en las comunidades nativas. Es obvio saber las razones: No son sujetos de créditos y el riesgo es mayor para quienes pretenden trabajar con ellos.
Sin embargo, no todo es negativo. Una vez más, en el reciente Foromic 2014, realizado en Guayaquil, el estudio del Microscopio Global 2014, elaborado por The Economist Intelligence Unit, ubicó a Perú como líder absoluto por sexta vez consecutiva, seguido de Colombia y Filipinas. El país es líder en el desarrollo de estrategias innovadoras y coordinadas para promover los servicios financieros para las poblaciones excluidas y en reconocer que la inclusión financiera va más allá de los actores del sector financiero.
Según la base de datos global de inclusión financiera del Banco Mundial, solo el 20% de la población adulta (mayores de 15 años) tenían una cuenta en una institución financiera formal en 2011. Al parecer ese porcentaje casi no se ha movido, no obstante, la promoción de la educación financiera en niños y adolescentes. En total hay 74 instituciones microfinancieras, que a la fecha sólo han cubierto el 13.6% del total de la población. Aún la valla es alta.

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